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“Mirada a las zonas de Lima : Dime dónde vives y te diré como eres”

Trazando líneas imaginarias

Publicado: 2015-11-28

Era la primera vez que realizaba un voluntario fuera de Lima. El destino era Pamplona. Era de mañana y me cuestionaba en el trayecto: ¿Cómo será la vida en un asentamiento humano lejos de las transitadas vías de Lima? En el bus, se me venía a la mente: familias pobres, casas desahuciadas, limitado acceso a internet, signos de delincuencia o falta de urbanización. Casi llegando al paradero final del voluntariado, veo cosas distintas a mi realidad: bodegas en las esquinas, numerosas cabinas de internet, casas de tres pisos construidas con material noble y colegios de gran tamaño. Había caído en un sesgo de estereotipo guiado por la televisión y los comentarios fugaces. Las familias tenían una educación mayor a la primaria, las madres eran muy respetuosas, los niños estudiaban temas académicos complejos y asistían a escuelas de rendimiento académico significativo como los colegios Fe y Alegría.  Mas vale tarde que nunca. Descubrí la manera de saber mejor la realidad de mi ciudad y su gente . Sin embargo, ¿que será de aquellos que nunca irían a lugares alejados de sus casas y solo se dedican a juzgar a la gente por su lugar de residencia ? , ¿ se puede clasificar a una persona o familia por el lugar donde vive? ¿La visión que se tiene de una zona es generalizada para todos sus habitantes? Si, en la sociedad donde vivimos, nuestra desconfianza, indiferencia y discriminación por grupos sociales distintos ciegan y nos llevan a clasificar y alejarnos de estos.

El lugar de residencia de las familias en un distrito significa un grado de clasificación por parte de las personas por el alto grado de correlación entre la localización de la vivienda con el nivel de ingresos de la persona, el nivel de educación y el “título de la zona”. Lo cual puede llevar a condenar y clavar a la mente de las personas un estereotipo sesgado a la condición económica y social de la zona; y se omite el valor interno de la persona y otras variables exógenas importantes. Nuestra clasificación del mundo exterior de nuestro barrio, guiada por el racismo e indiferencia, nos lleva a meter a todos los de un barrio en un mismo saco.

Las historias de amigos, la televisión, periódicos y reportajes otorgan a las personas imágenes puntuales, pero que a veces pueden ser erróneamente generalizadas. Usualmente se ve a los asentamientos humanos populares alejados de la Lima céntrica, perdidos entre los Conos Norte, Sur, Este o Callao .En su mayoría compuestos por familias de bajos recursos, educación de bajo nivel y sin el goce de los servicios públicos en su totalidad. Los ingresos son destinados a la educación de los hijos para salir de la “trampa de pobreza” . Además, la baja educación de las personas de la zona es considerada determinante para el origen de los delincuentes y pandillas. Sin embargo, eso no se cumple para todos los habitantes de la zona. Existen personas con mas de 3 casas en un distrito, edificios de mas de 7 pisos en Comas y cantidad de centro comerciales en Chorrillos.

El juicio incompleto de la audiencia, producto de su desconfianza defensiva, su indiferencia para averiguar más de su ciudad y flojera de salir a la calle, condena a las personas a denominar a una zona con una característica “descriptiva generalizada”.

Si bien La Victoria y Callao congregan zonas de alto crimen, no toda la zona es “símbolo de peligrosidad”. Apenas uno escucha la palabra “Callao” o “La Victoria”, se siente intimido por los reportajes de violencia, balaceras y fiestas con armas. Esto hace creer que no se puede confiar del todo en aquel que venga de estas zonas, puesto a que “su barrio es bravo”. Existen zonas tranquilas y con menor criminalidad que otros distritos. Asimismo, la palabra “Ventanilla” en el Callao o “Las Flores” en San Juan de Lurigancho pueden mantener un concepto de pobreza y bajo nivel urbano si es que no se llega a visitarlos. Zonas de Cercado de Lima como Mirones Bajo o Palermo son escuchadas con indiferencia por las personas y por asombro.  Estas zonas gracias a la prosperidad de actividades comerciales, tuvieron una expansión urbana extraordinaria. Además, negocios y franquicias comerciales tiene mucho más ingresos en comparación a distritos más céntricos, producto a una mayor demanda por bienes y servicios de estas zonas.

Por otro lado, puede que las personas residentes de estas zonas “clasificadas” tengan un grado de vergüenza por el hecho de vivir en una zona distinta y diferente al de los demás. En la presencia de una reunión en donde los presentes tienen casas o departamentos en las zonas de prestigio, decir que vive en un Cono o en el Callao puede ser  símbolo de menor nivel o menor estatus en comparación de los primeros. Aunque se pueda tener un buen trabajo y un carro propio, si no se vive en una zona “más bonita”, se seguirá clasificando en cierto punto por la zona de residencia. No es lo mismo vivir en la zona de más recatada de Cercado de Lima y la zona más común de Barranco. El renombre del distrito ocupa una parte de la identidad de la persona y va como sello de presentación en reuniones donde se discute por “saber quién tiene más”. Un sesgo heurístico de  disponibilidad de información se evidencia en este tipo de elecciones prejuiciosas.

En conclusión, las personas pueden llegar a vincular estrechamente a una persona con las características del distrito donde vive, lo cual genera estereotipos alejados de la realidad. Asimismo, las características de la zona de residencia pueden afectar a la identidad de la persona a través del prestigio que esta le otorga. Se debe analizar y tener cuidado con las connotaciones que se le dan a los lugares de residencia de una persona, puesto a que no puede llevar a una realidad incompleta y sesgada.


Escrito por

Gabriel Menendez

Estudiante de Economía , interesado en temas sociales y la literatura latinoamericana


Publicado en

La realidad nacida de un nuevo mundo

Un pensamiento renacido desde la ventana de la realidad y la ficcion.